miércoles, 27 de diciembre de 2006

Felicitación Navideña in extremis...


Tarde mal y arrastrao os dejo mi felicitación. No es un dibujín, lo hice de escaqueo en el curro, mientras dejo a funcionar a las máquinas. Pues eso, felices fiestas a vosotros, mis cuatro lectores ;D

jueves, 14 de diciembre de 2006

Declaración de principios friki...

Para que esto no empiece a parecer el blog de un fan de David Rubín (que también lo es, vamos) y para recordaros que yo también soy dibujante (aunque a veces se me olvide), aquí tenéis mi penúltima antigualla, salió en el último número del fanzine profusamente imitado y nunca jamás superado Barsowia, allá en agosto. Espero que os guste, es toda una declaración de principios ;D.
Ah, y muy pronto nuevo número de Barsowia, permaneced atentos!!





Presentación del libro de David Rubín, pásalo!!!

martes, 5 de diciembre de 2006

La tetería del Oso Malayo

Ya está en mis manos el último álbum de David Rubín, "La tetería del oso malayo", publicado por Astiberri.
Encuentro que, esta vez, tanto Astiberri como Rubín han echado el resto (aunque David siempre lo da todo, es su mejor virtud)
Astiberri usa un formato muy bonito y soluciona algunos del los defectos que tuvo el anterior álbum de David, "El circo del desaliento".
Por su parte Rubín hace un trabajo más orgánico a partir de historas que se hilvanan entre sí gracias a la tetería que regenta Sigrfrido, el Osos Malayo, testigo de casi todas las historias, menos la que protagoniza él mismo. La mayoría de las historias han sido publicadas anteriormente, en fechas muy dispares, muchas veces en color, y algunas se han quedado atrás en la evolución del autor. Por eso Rubín, generoso, las ha redibujado en unos casos y en otras adaptado al blanco y negro. Gráficamente, el álbum es una fiesta ("Antón ardiendo" tiene un entintado....brutal!!). David suple, con creces, sus carencias como dibujante a base de pasión y a base de gesto (parece que acabo de decir un topicazo, pero es así) Pero las plasticidad, la gráfica sólo es uno de los valores de Rubín, el otro es la emotividad, ese es su fuerte. Por poner un defecto, quizá la repetición de los mismos recursos, de los mismas tramas, los mismos arquetipos de héroes rotos y amores perdidos a los que nos tiene acostumbrados a sus seguidores estos últimos años. A lo mejor sería deseable que se diversificara en el futuro, para no acabar quemando este camino, ese filón, que él mismo ha encontrado.
Muy recomendable, me moló. Si ya no fuera Hugo, quisiera ser Rubín.